martes, 13 de octubre de 2015

Arráncame la vida.

23. Oct. 2008
Nunca he visto esa película, ni leí el final de ese libro y no es que pareciera aburrido ni mucho menos, lo que pasa es que no me parecía muy interesante. Un día llegue tarde a la escuela, tenía a esa hora la clase de taller de redacción, con la maestra que insistía que teníamos que leer muchos libros, al llegar estaban mis amigos y toda la gente dispersados ya que no llego la maestra; Elizabeth estaba afuera del salón, sola como era su costumbre, leyendo un libro, no me interesaba que libro era ni de que trataba, solo quería que ella viera que me interesaban las cosas que a ella le gustaban, así que le pregunte y  me contesto muy alegre se llama:
-“Arráncame la vida” y está muy bueno,
-¿arráncame la vida? –pregunte
-sí, es como la película -¿la has visto?

Me di cuenta de que si le mentía se daría cuenta y mejor le dije la verdad, pero para compensar mi ignorancia le dije que me lo prestara después, ella dijo que sí, pero que si no lo quería leer con ella.
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Me senté y empezó a leer, ni le puse atención al libro, pensaba en lo feliz que estaba y estaba más ocupado en planear  una forma para acercarme, espere hasta que no le incomodara que estuviera cerca de ella pero tampoco espere demasiado como para que se cansara de leer y se fuera, entonces me acerque más y ella no me dijo nada, puse mi cabeza en sus piernas y ella no dijo nada, empecé a jugar con su cabello y a acariciarle las manos y ella... no me dijo nada. Después de media hora me dijo que estaba cansada y que ya había leído mucho, me dijo que ahora yo tenía que leer, no me enoje, no me molesta leer, pero empecé a leer muy mal porque estaba nervioso,  después de un rato ella me dijo que ya se tenía que ir con sus amigos.

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Entre al salón con una enorme sonrisa, Julio me sonrió y puso una cara como de: ya te vi. Me pregunto:

-¿que estaban haciendo?
-leyendo ¿pues qué parecía?
-¿y que leían?
-un libro, creo estaba algo interesante
-¿crees? ¿No le pusiste atención verdad?
-no, pero creo que se llama: “arráncame la vida”
-¿arráncame la vida?

-sí, yo también dude que ese fuera un título, yo creí que me lo estaba pidiendo  pero la verdad yo si dejaría que ella me lo hiciera.

jueves, 8 de octubre de 2015

Se acabó el amor.

14. Oct. 2008
Tienes que ser más educado, tienes que ser más amable, intenta no arrebatarme la comida, ¡¿quién era la chica con la que estabas?!... de un tiempo a la fecha eso era lo único que me decía Elizabeth, estaba bien porque ya estaba empezando a gustarme, ya que ella era muy bonita, tenía el cabello largo, negro y quebrado, casi siempre estaba sonriendo, pero era... bueno más bien sigue siendo algo infantil, no me importaba, yo pensaba que si me cuidaba tanto era porque le gustaba o mínimo le importaba jugábamos como niños tontos todo el día, nos lanzábamos papelitos, nos dejábamos mensajes instantáneos en el Messenger de esos que le mandas en secreto a una chica para que sólo ella lo vea, nos esperábamos en las clases, aun así ella aparte de portarse algunas veces como una niña, se hacia la enojada conmigo, con Abraham y con Julio porque éramos los que más le hablábamos y para acabarla la soportábamos Abraham y yo porque a los dos nos gustaba y julio creo que la soportaba porque a él también le gusto un tiempo, o creo que para ese entonces Julio tenía novia.
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A veces jugábamos cuando ella estaba de buen humor, un día intente jugar con ella, estábamos en la clase de taller, le empecé a hablar y no volteo que porque se estaba apurando, nada más se estaba haciendo la difícil, y yo como era muy tonto le seguí el juego le hable, le grite y le avente un papel, ella volteo y me grito:-¡ya déjame en paz! No me estés molestando- lo hizo para hacerme quedar en ridículo y todos escucharan,  los demás no tardaron en burlarse, yo lo único que dije fue: -uy se acabó el amor, todos se empezaron a reír al ver que no le di mucha importancia, pero no era para que me gritara, así.
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Al llegar el viernes fuimos casi todos a una fiesta en casa de Saín, hasta fue un tipo que le decían el oso, me caía mal por encimoso  y se creía mucho, ese día todos tomaron hasta quedar más estúpidos, Abraham también fue y al ponerse ebrio me dijo casi llorando: -es que no es justo, ¡yo amo a Eli!, me reí de él, por lo borracho que estaba y las tonterías que decía, el me pregunto muy enojado:-¡¿Por qué te ríes?! Le conteste: -no, de nada, es que también amo a Eli-  me dijo que estaba bien, antes de que terminara la fiesta el oso se hizo el valiente y se metió mucho y de todo, después se quería pelear con Saín, su mamá al oír todo el ruido subió a tratar de separarlos y en un intentó para golpear a Saín, el oso le pegó… pero a la señora, tuvimos que salir corriendo, por obvias razones, yo me estaba muriendo de risa por las pendejadas que hizo el oso, que cuando se le paso “el efecto” se arrodillo para pedirle disculpas a Saín y a su mamá, solo nos reímos, de él, yo le deje de hablar, los demás le hablaban por compromiso pero fue la última vez que lo invitamos a tomar, recuerdo que cuando se le bajo a Abraham le pregunte que si era enserio lo que había dicho de Elizabeth, dijo que ya no se acordaba, yo sabía que estaba mintiendo; le aconseje que no le rogara tanto como siempre lo hacía, no tenía que estar a su disposición, le dije que no la quisiera  como él decía que la quería, simplemente lo resumí en dos palabras “quiérete tantito”; él aseguro que a mí también me gustaba, le conteste riendo como ya  había dicho: se acabó el amor.  

martes, 6 de octubre de 2015

Lugar y momento equivocados.

11. Oct. 2008
¿Qué podía hacer para ayudar a Berenice? Nada, no me preocupaba eso, de hecho nunca me lo pregunte, porque ni siquiera me importaba, yo estaba seguro de poder ayudarla, sí la ayude, no como me hubiera gustado, yo pensaba que podía lidiar con todos sus miedos, pero ¿Cómo? si apenas tenía tiempo para resolver mis problemas, yo quería asegurarme de que ella estuviera bien y de estar siempre para ella, que se sintiera segura, confiada pero sobre todo querida, la verdad así me hubiera gustado sentirme, llego un día en el que no pude estar para ella, mejor dicho no quise, no hubiera sido tan grave si ella no se hubiera acostumbrado a mi compañía, lo peor de todo es que no fue porque tuviera algo importante o algo mejor que hacer, más bien fue que no quería resolverle la vida siempre, aparte ya estaba harto de que me corriera cuando no quería verme, de que era muy inestable y voluble, de que nunca me demostrara su cariño, ya sé que ella estaba dañada y era egoísta pensar en mí, pero también era muy estúpido pensar sólo en ella y su bienestar y sí, la deje sola otra vez sabiendo lo que ella hacia cuando se sentía mal, sin importarme las consecuencias, quería que se diera cuenta de que su actitud me estaba cansando y si la había aguantado era por... Bueno no sé ni porqué la había aguantado tanto tiempo, paso en un sábado en el que creo que estaba con Marimar viendo películas, no recuerdo lo que estaba haciendo, cuando llegue a mi casa mi hermana me dijo que Berenice quería hablar conmigo, no dijo para qué, supuse que era algo sin importancia, aparte ya era tarde y no quise llamarle y menos ir a verla, si era importante ella me llamaría otra vez, sin saber que esa sería la gota que derramaría el vaso, sí, suena a mucho drama, pero eso fue lo que paso, fui a verla una semana después como si no hubiera pasado nada pero no tuve una bienvenida ni nada parecido, imagine que sería diferente: 
-oye ¿para que me hablaste el sábado?
-no era nada, vete por favor
-pero... ¿estás bien?- como si preguntándole eso fuera a ponerla feliz.
-sí, y no gracias a ti ahora vete

Como no quería darle importancia  me fui, nunca supe que me quería decir ese día, debió ser algo importante porque ella nunca me ha buscado para nada, al principio la curiosidad no me dejaba pero con el tiempo le fui restando importancia; pasaron los días y ella no me hablaba ni nada, otra vez fui como tonto a verla y ella ya estaba mejor, ya se veía más tranquila, o tal vez estaba disimulando. También estaba más cortante y a la defensiva, me respondía por compromiso para que me fuera más rápido en irme. Al entrar a la escuela deje de verla, porque pensé que estaba enojada conmigo y  lo estaba, pero no sé porque, yo nunca le hice nada malo.
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Paso mucho tiempo para que volviera a visitar a Daniel el amigo que vivía por su casa y para acabarla de fregar me encontré con ella, como la otra vez, entró a su privada, yo me quede afuera y me dijo desde adentro de la reja:
-no puedo recibirte, es que voy a comer, si quieres  ven más tarde
-no importa, no vine a verte –eso es lo que debí haber dicho la primera vez—


Se enojó como de costumbre... no importa, si lo hubiera dicho antes, me hubiera evitado muchos desvelos, problemas preocupaciones y dolores que fueron en vano y sentí que esa vez no me había equivocado ni de lugar, ni de momento.

jueves, 1 de octubre de 2015

Viajando.

02. Oct. 2008
Había Llegado el día de ir a la práctica a Puebla, estaba muy contento, pensé  que tenía  una gran oportunidad  para estar con Jocelyn, serían como tres horas de camino, estaremos allá hasta la tarde y regresaremos en la noche que serán otras tres horas, eso pensé en la mañana al salir de mi casa para ir a la escuela, pero no, no sabía que las tres horas del camino Jocelyn iba a empezar con sus pretextos de: me duele la cabeza, estoy muy cansada, tengo mucho sueño o simplemente no estoy de humor.
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Subimos al camión y ella si mantuvo su palabra, se sentó conmigo, pero estaba muy antipática, muy irritable y se la paso durmiendo, yo quise abrazarla o mínimo recargarme en ella y no me dejo, me dijo que no se acomodaba, si claro, pero supongo que me lo dijo con tacto para no dañarme más, al bajar del camión me dio gusto de que hubiera ido Julio con nosotros, de  no haber sido así no hubiera tenido con quien estar, él iba con Elizabeth, seguimos caminando para llegar al camión porque nos habían bajado según para estacionarlo, pero el idiota del maestro no sabía dónde había quedado el camión y tuvimos que bajar un cerro y seguir caminando como una hora, todo el camino casi no hablamos Jocelyn y yo, cuando encontré al camión  ya se iba y Julio no había llegado, entonces era quedarme en el camión a ser ignorado por Jocelyn o bajar a buscar a Julio aunque estuviera muy cansado y con el sol que quemaba, obviamente baje a buscarlo, ya que la piel quemada no me iba a dejar traumas como lo haría Jocelyn de todos modos tenía que buscar a mi amigo, bajé del camión y Eli me preguntó ¿A dónde vas? Le dije que buscaría a Julio y me dijo que si me acompañaba, contestó que sí, ella por educación le pregunto a Jocelyn que si quería ir, le iba a decir que no le dijera, porque yo había bajado del camión para estar lejos de ella, de todos modos ella dijo que no, por el sol y que estaba cansada, sus pretextos de siempre
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Al encontrar a Julio, subimos al camión y fuimos a una plaza en el centro de Puebla, fuimos Eli, Jocelyn, Julio, yo y un chavo que se llama Abraham, en ese tiempo casi no le hablaba, pero ese güey es muy chido y  después lo quise mucho, llegando la hora de irnos de regreso, solo pensé en la oportunidad que nunca llego, le cambie el lugar a Eli para irme con Julio, pero Eli se fue con Julio y conmigo todo el camino, Elizabeth notó que estaba triste porque Jocelyn estaba de malas, ella me abrazo y me dijo que no me sintiera mal y  se fue jugando y platicando conmigo todo el camino para cambiarme de humor.

jueves, 3 de septiembre de 2015

Despiértame cuando termine septiembre.

24. Sep. 2008
Ya había pasado más de una semana de que había tenido la plática de “reconciliación” con Jocelyn y las cosas ya deberían estar como antes, ella seguía sin entrar a clases y si entraba, llegaba tarde, no podía sentarme con ella, porque ya no había lugares, ella seguía con su novio, por eso siempre se salía muy rápido del salón y no podía probar si las cosas ya estaban bien.
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No sabía si preguntarle, ella seguía esquivándome como si yo tuviera lepra o me la fuera a comer, en una clase pensando en las cosas que me había dicho, eso de reparar nuestra relación y que me quería y esas cosas, llegué, le pregunté si me podía sentar con ella, me afirmo con la cabeza y quito sus cosas, por más que le quería hacer la plática ella se limitaba responder con un sí o un no, también le pregunte que si estaba bien que estuviéramos hablando y ella contesto con un ¿Por qué no? Pero todos nos damos cuenta cuando no somos queridos en un lugar, así que no trate de hablarle más ese día, unos días después ella se fue al terminar una clase con los del salón a un billar que estaba cerca, yo no fui porque de esa clase ya me habían dado de baja y por eso yo entraba más tarde, en ese bar ella platico con un amigo que se llamaba Uriel él tenía como 26 o 27 años  por eso todos creían que era más maduro, ella le dijo que yo no la dejaba en paz, que no dejaba de pedirle que anduviera conmigo, que el otro día hasta le rogué que nos volviéramos a hablar y que ella ya ni me quería hablar por la actitud que yo estaba tomando, el al llegar a la escuela me vio y me dijo:
-Héctor... tenemos que hablar, en serio tenemos que hablar.
Yo le conteste que sí, porque yo no sabía de qué hablaríamos, me empezó a contar lo que le había dicho Jocelyn, aconsejándome que ya no la molestara porque ella ya se había cansado y no quería ser mala onda conmigo, yo le dije a Uriel que eso era mentira, él me dijo que no tenía que negarlo, al ver que no me creería me aguante y  le dije lo que quería escuchar, que ya no la molestaría y hasta le agradecí por hacerme el favor de preocuparse por mí, él dijo que no era nada, que para eso estaban los amigos.
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Íbamos entrando al salón y le pregunte a Jocelyn si me podía sentar con ella, ella dijo claro y me sonrió, cuando nos sentamos le dije:
-estuve hablando con Uriel y sólo quiero aclarar una cosa, ¿Por qué le dijiste que te había rogado para que te hablara? Hasta donde recuerdo, tú fuiste la que me dijo que me quería mucho, tú fuiste la que me pidió que nos habláramos como antes y tú fuiste la que lloro.

No me respondió nada, no sabía que contestar, después me pidió una disculpa diciendo que no fue su intención hablar mal de mí y sí, ahí va el pendejo de Héctor a creerle, aún quedaba una práctica de campo a Puebla y habíamos quedado en ir todo el camino juntos, pensé que aún faltaban unos días, todavía se podían arreglar las cosas, con tantos problemas siento que lo mejor es que le hagan caso a Green Day o mejor que me quede dormido y no me despierten: “El verano vino y se fue/ la inocencia nunca durara/ haz sonar de nuevo las campanas/ como cuando las sonamos al iniciar la primavera / aquí viene otra vez la lluvia/ cayendo desde las estrellas/ empapándome en mi dolor otra vez/ siendo quienes somos/ como mi memoria descansa/ pero nunca olvida lo que perdí/ despiértame cuando termine septiembre”.

martes, 1 de septiembre de 2015

Esta vez voy a intentarlo otra vez.

Verano. 2008
Se me ocurrió que  el primer paso para ayudar a Berenice era estar con ella, bueno eso no lo hacía para ayudarla a ella, solo lo hacía porque me gustaba estar con ella... más bien, era para ayudarnos mutuamente, le regale mi muñequera que traía puesta para que ya no tuviera que usar suéter, y así pudiera esconder sus cicatrices, después de que se le quitaron las marcas me regalo otra, dijo que nunca me la quitara, era como un recordatorio de que ella me quería, --y esa es la razón de que use muñequera hasta que cumplí 20-- para que regresara su confianza le decía constantemente lo bonita que era y que su peso estaba bien, que no debía preocuparse de eso y lo mas difícil, aparte de hacer que cambiara su actitud manipuladora, huraña y voluble, era hacer que volviera a comer, era obvio que  no lograría un gran cambio en su actitud y autoestima en unos cuantos días de visita, pero le seguía perjudicando mucho no comer, cuando iba a visitarla a su casa le preguntaba siempre si ya había comido, ella siempre decía que ya había comido fruta, pero lo que comía no contaba, sólo había comido un mango en la mañana y ya era bastante tarde, entonces le decía que me sirviera de comer y le decía que también comiera ella porque no me gustaba comer solo.
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Le contaba parte de lo que pasaba a Heriberto, pero no le contaba todo y no porque no le tuviera confianza, no podía traicionar la confianza que ella me tenía, él me dijo que se ella me hacía de comer porque me quería mucho, yo sonreí y le dije que rara vez lo demostraba.
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Cuando estaba en su casa regularmente estábamos solos, escuchábamos música y ponía mucho una canción de Café Tacuva, a mí no me gusta ese grupo pero la letra me parecía muy linda y estaba acorde con lo que estaba pasando en esos días, tal vez debí ser más desinhibido, atreverme y tal vez un día y con algo de suerte... Nunca intente aprovecharme de ella ni de su situación, no fue porque no quisiera, solamente yo no era así. Las vacaciones ya se estaban acabando y sentía el tiempo se me terminaba, sabía que cuando empezaran las clases no sería lo mismo, ya no la vería porque nuestros turnos eran diferentes y verla los fines de semana por mí no había problema, tal vez ella no quería, con eso de que tenía cambios de humor y no la soportaría siempre.
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Uno de los últimos días que fui a ver ella me abrazo y me dijo:
-gracias.
-no tienes nada que agradecer-  recargue mi cara en su hombro sintiéndome feliz y como aliviado, sentí como si algo se llenara.
-¿Qué tienes? ¿Por qué estas así Héctor?
-no, nada es que desde hace mucho necesitaba un abrazo
-que tonto, ya sabes que estoy aquí...


Y antes de separarnos recordaba la canción que ponía Berenice para no olvidar que tenía una oportunidad: “De pronto ya no sé qué pasa en mi/ de pronto ya no sé quién soy/ de pronto ya no reconozco nada de lo que un día fui.../ hoy me pregunto a donde voy.../ esta vez vengo buscando el corazón/ esta vez lo intentare otra vez.../ esta vez no quiero otra ilusión.../ esta vez y más yo tratare de hacerte bien/ si la vida me regala otra oportunidad”.

jueves, 27 de agosto de 2015

Rehabilitación.

17. Sep. 2008
Después de haber ido a la obra de teatro y haber estado “cariñoso” con Eli, parecía no molestarle en lo absoluto a Jocelyn, de hecho creo que ni siquiera se dio cuenta, no me hablaba, no me saludaba, lo único que hacía era ignorarme, ya empezaba a acostumbrarme, los primeros días no negaré que sí me dolía, pero después de un tiempo uno se hace inmune al mismo dolor, ya me había adaptado a su indiferencia, es más, ya era indiferente a su indiferencia.
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Cuando me empecé a sentar con Eli, Jocelyn no iba a clases, eso estaba muy bien porque así ella no podría ni decir ni pensar que le hablaba a Eli por ella, entonces llego un día en que como ya era habitual me senté con Elizabeth, llego Jocelyn y se sentó hasta atrás, yo suponía que para que no le hablara, yo hacía lo habitual (nada) y de repente fue Jocelyn hacia mi lugar se atravesó desde el lugar de Eli, me extendió la mano y me dio un papelito que decía algo así como que ya no aguantaba que yo la tratara de esa manera y quería que arregláramos las cosas entre nosotros, eso me dejo muy confundido, pensé que eso es no tener vergüenza, me echaba la culpa, decía que yo la ignoraba desde que le había empezado a hablar a Eli, pero... ¿qué-no-fu-is-te-tú-la-que-em-pezó?
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Le dije que hablaríamos para poder arreglar las cosas y de verdad quería arreglar las cosas, no son como esas cosas que digo a la ligera, no, eso fue diferente, porque de verás quería volver a hablarle, pues ya que era obvio que me había  rechazado y que ya tenía otro, por lo menos quería su amistad para poder tenerla cerca --ya sé, era un pensamiento muy estúpido--
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Los días pasaron y yo me esperé a que ella me dijera cuando quería que habláramos, no quería que creyera que la estaba ansiando, al llegar el día estábamos en física, se quedaron mis amigos en el salón a seguir platicando, sobre un trabajo en equipo, pero como yo vivía algo lejos de la escuela y quería llegar temprano a mi casa me despedí rápido, Jocelyn me dijo que me acompañaba a la puerta, llegando a la entrada yo quería que me dijera sólo lo necesario, para que no le reclamara nada, pero ella comenzó a decirme que porque no le hablaba y si era por Elizabeth, dijo que yo le había dicho algo muy lindo y no era para que nos dejáramos de hablar,  decía que se sentía muy mal cuando yo la ignoraba y me preguntó si me había hecho algo para que yo me portara de esa forma, quedé sorprendido al ver cómo me culpaba de cosas que ella me había hecho y  eso de verdad me molesto, ya había sentido lo que no me hablara poco y que me ignoraba, así que no me importo decirle todo lo que estaba pensando para que por lo menos viera que no caería en su juego, al oír mis palabras ella empezó a llorar, y yo pensé que bien Héctor eres una basura, la abrace suponiendo que eso ayudaría esperando que nadie la viera llorar, es gracioso, que las cosas que quieres evitar son las que pasan más seguido, Alfredo iba pasando, nos vio e hizo un gesto como diciendo: ¿Qué le hiciste? agache la cabeza, yo quería creerle a sus lágrimas, pero algo me decía que por favor no lo hiciera, no sabía que haría, una de dos, intentar sanar lo poco que quedaba de mi relación con Jocelyn o seguir el consejo de Los Bunkers: “Vamos a hablar de una vez y dejar de especular/ pienso que siempre tú me trataste de engañar /si lo vas a negar/ ¿Cuánto tengo que esperar? /Una nube cuelga sobre mi.../ mis problemas no terminan aquí/ ¿qué me queda por hacer?/ No sé/ tal vez deba colgarme de una vez”.

martes, 25 de agosto de 2015

Días de drama.

07. Sep. 2008
No llevaba muchos días desde que me había decepcionado de Jocelyn, ya ni siquiera nos hablábamos, nada mas era un saludo, de pura gentileza pero cuando hablábamos éramos como dos desconocidos, ya no teníamos una amistad que cuidar, solo era un recuerdo que había quedado y que me dejó un mal sabor.
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El maestro de historia, sí, el mismo maestro amanerado que nos estafaba con dinero para un libro que tuve un semestre y nunca ocupe, también nos pidió para una práctica de campo, creo que hasta Puebla yo lo único que pensé fue que de seguro íbamos a Puebla a comprar camote. Ahora nos había mandado al teatro a ver una obra que dijo que nos serviría, la obra no nos sirvió, pero fue muy buena se llamaba “Noche de guerreros y chamanes”.
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Quería evitar a Jocelyn para seguir en ese plan de no-me-hables-no-te-conozco pero ni yo, ni Julio, ni Elizabeth sabíamos cómo llegar el teatro, Jocelyn le dijo a Eli que sabía llegar al teatro y que ella nos llevaría, la tuvimos que esperar en el metro porque ella era la guía, cuando llego Jocelyn me adelante hacia la salida, en eso Jocelyn me grito que me esperara, porque todavía tenía que llegar Elizabeth, no me molestó, porque ya tendría con quien estar, pero... ¿Por qué iba a ir? ¿Quién la invitó?, ella no me caía mal pero ¿qué hacía ahí? para futuras referencias diré que ella era bonita, con el cabello negro  largo y quebrado, la piel blanca  y muy alegre aunque algo caprichosa, muy, muy caprichosa.
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Llegamos al teatro y tuvimos que esperar porque había demasiada gente, estando en la fila, Jocelyn cuando estaba cerca decía que tenía mucho sueño y que quería dormir, pero cuando yo me iba, extrañamente se le quitaba y parecía más alegre, hasta aliviada, le dije a Eli si dábamos una vuelta, Julio también fue y él le pregunto a Jocelyn, pero yo sabía que al ir yo ella diría que no, después de media hora entramos el teatro.
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Quería sentarme lejos de Jocelyn, pero no podía hacerlo evidente, porque ella nos había hecho el” fantástico” favor de llevarnos al teatro, así que nos sentamos como fuimos entrando, se sentó Jocelyn, yo, luego Elizabeth y después Julio, yo era todavía muy tonto, ¿para que me senté a su lado?, apenas podía verme mucho menos se pondría “cariñosa” conmigo a un lado pero... soñar no me costaba nada.

Estando sentados me evadía, se sentó hasta el otro extremo del asiento, lo más alejada que se pudiera, eso no era necesario, con que me dijera que no quería estar cerca de mí era suficiente, yo entendí muy bien la “indirecta”, así que me hice hacia el lado izquierdo hacia Elizabeth, ella se recargo en mí, y yo empecé a hacer suposiciones si Jocelyn ya tenía a alguien ¿por qué yo no? Empecé a jugar con el cabello a Eli y ella no hizo nada, le empecé a acariciar la mano y no me dijo nada, parecía estar a gusto, no la bese, ni intente hacerlo, porque llevaba muy poco de conocerla y podría enojarse pensé que tal vez después, sonreí, porque ella me haría más llevaderos los días en la escuela, solo era para enseñarle a Jocelyn que ya no me importaba, pero claro que me importaba, hasta me había buscado a alguien para darle celos, significaba que aún me importaba y mucho.  

martes, 11 de agosto de 2015

Vacío.

02. Sep.2008
No llevaba muchos días desde que empecé con mis planes de ser cortante y frío con Jocelyn, ella al parecer no le dio importancia de hecho estaba a gusto de que yo ya no le hablara, Julio al principio me decía que hablara con ella, porque según ella era mi amiga y no era para que nos portáramos así, acepte que él tenía razón, después de todo yo sabía que él era mucho más coherente y sensato que yo, por eso le contaba  mis problemas, para que el me diera consejos y que se resolvieran de la mejor manera. Pero esa vez yo no quería hacerle caso, estaba tan enojado (dolido) que no pensaba con claridad bueno más bien no quería pensar.
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Decidí hacerle caso a Julio, llegando la última clase de ese día no la había visto eso estaba bien, aún no sabía cómo hablarle pensaba hacer lo que siempre se debe hacer cuando una mujer se enoja contigo; si llevan un buen tiempo sin hablarse solo se trata de llegar y hablarle sin pedirle disculpas, descubrí que esa es la mejor forma, si la chica tiene un interés, te hablara sin reclamos, y así te evitas un regaño y lo más importante pedir perdón –lo gracioso es que casi 10 años después y todavía lo hago--
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Pensaba sentarme con ella desde el principio de la clase y seguir con mi plan, ella llegó tarde como siempre y no me pude sentar con ella, al final de la clase me fui a su lugar y le dije que si seguía llegando tarde la iban a reprobar, ella me sonrió y me dijo que ya se tenía que ir, porque la estaba esperando una amiga, nos despedimos y sin que pudiéramos hablar.
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Al otro día en la primera clase quería llegar más o menos a la misma hora que llegaba ella, ella ya estaba sentada con mis amigos en las mesas de laboratorio, pensé que más fácil no podía ser, no recuerdo lo que hicimos en la clase ni me acuerdo mucho de lo que platicamos, sólo fue una plática de esas que haces cuando no tienes nada que decir, me pregunto que habíamos visto en las clases que ella no había entrado, me pregunto cómo iba a pasar inglés, porque me habían dado de baja y ese tipo de cosas, al terminar la clase en lugar de guardar mis cosas y ser el primero en salir, me espere hasta que ella saliera, pero extrañamente ese como en los demás días ella tenía mucha prisa.
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No le di importancia porque pensé que no la tenía, pero al salir del salón, abrazó a un tipo con muy, muy chaka y vi cómo le dio un breve beso en la boca, como si quisiera que nadie la viera, en ese momento entendí todo, entendí porque me no me hablaba, entendí porque siempre tenía prisa, entendí que el tipo del que me había hablado, que le había pedido de favor que le presentara a una “amiga” era él y la “amiga” no era nadie más que ella, lo que no sabía era porque me había mentido, ¿Qué le había hecho? No sólo me sentí triste y enojado conmigo, también me sentí decepcionado porque pensé que ella no era así, ella me pudo decir que ya tenía novio, así no le hubiera dicho nada de eso de ser novios y no hubiera tenido la necesidad de buscarla. Fui a contarle  todo a Julio, me dijo que ya ni modo y que se pasaba, que de veras se pasaba, pensé que ella si se pasó, aunque  también yo me pase, pero de tonto por creerle y quererla tanto. Después de desahogarme aun  sentía ese vacío es como esa canción de Green Day: “Con profundo cariño: ¿me estás escuchando?/ No puedo recordar lo que me decías/ ¿estamos locos? o ¿yo estoy loco?/ el espacio que hay entre un sano o un inseguro/ oh terapia ¿puedes por favor llenar el vacío?”.

jueves, 6 de agosto de 2015

La forma más fácil.

28. Ago. 2008
Ya habían pasado dos días desde que le había dicho a Jocelyn que me gustaba y no había ningún cambio favorable, en realidad el único cambio que fue notable era que poco a poco ella se empezaba a distanciar de mí, diciendo que estaba cansada, con mucho sueño, que había tenido una semana muy mala o simplemente decía que no tenía ganas de platicar, ella nunca había sido así conmigo, si había pasado por algún problema ella me lo contaba o me decía para que yo por lo menos le cambiara el humor, por eso me parecían ridículos sus pretextos para evadirme. No sabía si hablarle, pensaba que si ella no me quería hablar, obligarla a hacerlo haría era caerle más mal, peor de lo que ya le caía.
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En la clase de taller, no recuerdo el nombre completo, pero era el sustituto de español, nos dejaron hacer un cuento basado en la pintura de un guerrero águila contra un soldado español, creo que se llamaba “Encuentro de dos mundos”, yo  ya me había aburrido y ya me quería ir, solo esperaba que terminara esa clase, pero sólo llevaba como media hora y lo malo es que la maestra dijo:
-Si acaban el cuento pueden salir…
Ya me quería salir, pero no tenía ganas de escribir ni siquiera sabía de qué iba a tratar mi cuento, se me ocurrió quedarme sin hacer nada hasta que acabara la clase, pero ¿qué iba a hacer en todo ese tiempo? empecé a pensar en voz alta:
-La forma más fácil de salir es esperar a que termine la clase; la única forma de salir temprano es acabar esto.
Tomé esa frase de título y escribí lo primero que se vino a mi mente relacionado con el título, hice un cuento que me gustó mucho, la maestra me dijo que para ser tan breve era bueno, solo le tenía que corregir la ortografía y hacerlo mínimo de una hoja, yo la mire y le pregunte:
-¿qué esperaba de un trabajo que hice en cinco minutos?
Después si le hice caso y le aumente más a mi trabajo, porque me sentí inspirado y con ganas de trabajar, entonces empecé a tomar más enserio el título del cuento, supuse que si me había ayudado a evitar un trabajo y me saco temprano de una clase me ayudaría con Jocelyn, lo más fácil que se me ocurrió fue hacer lo mismo que hacia ella, al verla solo la saludaba, ya no le intentaba a adivinar su humor, ya no le preguntaría como estaba ya no me importaría, lo iba a hacer hasta que me diera algún resultado, tal vez parezca muy inmaduro y tonto pero a mí me parecía justo.
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Entonces en la última hora nada más me despedí de ella, ya no me espere hasta que acabara de apuntar y después a que  guardara sus cosas, ya no tenía tiempo, más bien ya no tenía ganas, fui más frio, sin darle mucha importancia, ya me  portaba como ella se portaba conmigo, porque yo le había dicho que me parecía linda y que me gustaba, nunca la ofendí, lo único que hice fue decirle lo que sentía. Devolverte las cosas malas que me dejaste y hacerte todo lo que tú me hagas, en efecto esa, esa era la forma más fácil.

martes, 4 de agosto de 2015

¿Qué será? ¿Qué será?

                                                                                                                               26. Ago.2008
Después de hablar con Julio él me ayudo a que me decidiera a decirle a Jocelyn que me gustaba, pero… ¿cómo lo haría? Para empezar no soy sentimental, ni lo era en ese entonces, tampoco sabía cómo reaccionaría, según lo que me contó ella no tenía mucho que había terminado con su novio, estaba seguro de que no volverían, ya que ella me dijo que habían terminado muy mal, el tipo hasta le pegó, ella no le dio mucha importancia, le dije que no fuera tonta, que ningún hombre bajo ninguna circunstancia debía golpear a una mujer, también me habló de un otro tipo que conoció en una fiesta, pero que él le había pedido de favor que le ayudara a andar con una amiga de ella, le pregunte cual amiga, sólo para hacer platica y  no me contesto, eso me pareció raro... ¿por qué le pidió ese favor a ella? y como reacciono cuando le pregunte que amiga era, en ese momento no le di importancia, así que por ese lado yo tenía el camino libre, no había nada más que cubrir, quería que fuera en privado porque hay quienes dicen que si te le declaras a una mujer en público es casi seguro que ella te dirá que si para no hacerte sentir mal, no lo hice porque yo quería su cariño y no su lastima, aparte todavía cabía la posibilidad de que ella no se tentara el corazón y me rechazara al instante.
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Espere hasta que terminaran las clases y como ella se quedaba hasta después de clases con sus amigos, siempre me acompañaba a la salida, esa tarde creo que hacía frío, así que cuando estábamos en la puerta la abrace y ella me abrazo nos quedamos un rato así, ella no decía nada y yo no decía nada porque no sabía que decir, le empecé a dar vueltas para no decirle todo de golpe, le dije que me caía muy bien, que era una muy buena amiga, que la quería mucho, entonces ella comenzó a sospechar lo que le quería decir, tome valor y le dije que me gustaba y que me había dado cuenta de eso desde no hace mucho, que no quería que nuestra relación cambiara, aunque ella me rechazara quería que siguiéramos siendo amigos –era tan lindo--
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¿Qué la relación no cambiara? Sólo le dije eso para que pensara que me importaba mucho su amistad, yo sabía que si ella me decía que no, la relación cambiaría por ella o por mí, pero estaba seguro de que cambiaría, sabía que me portaría diferente, ya no sería tan grosero para no quedar mal con ella, ya no le hablaría de las mismas cosas para que no pensara que soy un tonto, ella ya no me tendría la misma confianza porque ya no me vería como un amigo si no como un extraño. Sabiendo eso me arriesgue porque Julio me aconsejo que lo hiciera, él me dijo:
-el no, como quiera ya lo tienes.
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Ya me sentía más aliviado, me había quitado la curiosidad de saber qué hubiera pasado, ella me prometió que la relación no cambiaría sin importar lo que ella decidiera, dijo que lo pensaría y que después me respondería.

jueves, 30 de julio de 2015

La Reina.


Esto pasó en las vacaciones de verano, aproximadamente un mes antes de entrar a la escuela; tenía una amiga que pasaba por una crisis, yo intenté ayudarla, dándole toda mi atención y mi tiempo, ojala y eso hubiera sido suficiente.
“Ella se despertó... igual que ayer o peor.../ luego desayuno capsulas con alcohol/ se puso el vestido roto de la noche anterior/ y es que esta ciudad no la deja despegar/ siempre quiso a alguien más que la dejara soñar/ ser la reina el foco de atención/ la que dicta el destino, la que manda el corazón”.
Desde hace mucho tiempo he tenido un amor platónico, a ella la conozco desde que tengo como 10 años, siempre fue mi amiga y siempre peleábamos por todo desde que éramos niños, supongo que tenemos muy mal carácter, pero me encanta porque es muy bonita, inteligente y lo que más me gusta es su desmedido exceso de confianza, ella se llama Berenice.
A veces iba a visitarla a su casa, mis visitas no duraban mucho, para empezar, ella no me recibía si no se había bañado, si no había comido o simplemente me corría si le decía algo que no le pareciera o si estaba de mal humor, era muy pero muy especial, sentía que nadie la merecía y yo caía en su juego al buscarla tanto, aparte de que era muy voluble, yo pensaba que era porque se cotizaba mucho, nunca se me ocurrió que ella se portaba así por los problemas que tenía.
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Un día cuando estaba de vacaciones fui a visitar a un amigo que se llama Daniel, Berenice vivía cerca de su casa, me la encontré y la acompañe, me invito a pasar, estuvimos platicando hasta muy noche, después al  despedirme me preguntó  si la visitaría al otro día, sabía que si iría, ella me conocía y sabía que todo mi tiempo seria suyo si así lo quería, pensé que eran el lugar y momento indicados para estar con ella, es lo que había esperado, al otro día seguimos platicando y en un momento en el que pensó que podía tener plena confianza en mí, me preguntó:
-Héctor... ¿puedo confiar en ti? Pero... ¿no le dices a nadie?
-claro (de verdad no sabía en lo que me metía)
- es que desde hace mucho tiempo me he sentido muy mal – ¿estás enferma?-- dije eso para desviar la plática, porque no me gustaba a donde iba la platica

-no, me he sentido muy sola, es como si no estuviera nadie, sin amigos, sin familia, aquí... yo sola y estoy aquí por... bueno no sé ni porqué sigo aquí, se siente como...
-¿un vacío?
 -sí, eso es lo que siento.
-mmm... no te preocupes, todos nos sentimos así a veces, supongo.
-¿tú también?
-sí, muy seguido pero tengo muchos amigos  que sé que no me dejarían hacer una tontería o tirar la toalla.

Entonces pensé que si ella se sentía así de sola y sin amigos ella ya había intentado una tontería, le pregunté para estar seguro:
-y tú... ¿no has intentado una tontería?

Agacho la cabeza como aceptando su culpa y me dijo que lo había hecho hace como dos meses, obviamente mi morbosidad me obligo a preguntarle cómo, se levantó el suéter para enseñarme las marcas que tenía en las muñecas, ahí entendí su mal humor, sus ojeras, sus cambios de humor y lo más importante: La razón de que siempre usara algo para taparse aunque no hiciera frío, según ella lo hizo porque tenía su autoestima muy dañada, por problemas en la escuela, con sus papás y con su peso, --¡Sí, con su peso! me pareció una tontería, al final de todo eso no soportaba a las mujeres con baja autoestima o con problemas alimenticios--  me sorprendió ya que ella es muy delgada, me gustaba por su exceso de confianza y porque se sentía tan inalcanzable como una reina, como una musa , como un ser divino, pero de repente me di cuenta que no,  ya no era tan especial, ya no tenía esa fortaleza, me recordó que no era una diosa, que era tan débil y mortal como yo o tal vez más, con sus defectos, fallas y debilidades, aun así me tenía encantado, le pregunte si le había contado eso a alguien más, dijo que no y que yo no le podía contar a nadie, eso me hizo sentir que de veras le importaba, así que me la pase yendo a su casa casi todas las vacaciones, pensando en que ella  era si era una reina, por lo menos como la de la canción: “En el elevador... dejó su confesión/ para que su vuelo fuera limpio y sin dolor/ el último que la vio... fue un ángel que pasó/ de esos que nos ven a ratos si esta aburrido el cielo.../ nunca se vio mejor, dormida como una flor/ en su trono de concreto y el mundo de espectador/ fue... la reina”.

martes, 28 de julio de 2015

Concordia


No me gustaba mucho mi cumpleaños; siempre era lo mismo y no es que no me gustara festejarlo si no que siempre era al principio del ciclo, primero tenía que hacer amigos y para hacer que le den importancia y que te lo festejen es aún más difícil y para eso tardaba más tiempo, por eso no le daba mucha importancia y sólo lo festejaba con las personas que lo recordaban, hasta hubieron años en los que mi mamá lo olvida –es que a veces estaba muy estresada y muy cansada-- esa mañana llego a mi casa Marimar, era una vecina que no tenía mucho que se acababa de cambiar a mi calle, pero como le había dejado de hablar a unos amigos y a otra vecina que era mi mejor amiga, pues Marimar era su nuevo reemplazo, tocó mi puerta como a las 8:00 y yo seguía dormido, le abrí con los ojos aun cerrados y lo primero que le pregunte fue:
-¿Qué haces aquí? ¿Qué no sabes que necesito dormir?
Ella me sonrió y me dijo que ya sabía, pero que quería ser la primera en felicitarme porque pensó que mi mamá lo olvidaría, me abrazo y me dio una tarjeta que decía que no me llevaba un pastel, pero tal vez después, le agradecí porque  deberás aprecie el gesto.
Esa tarde fue diferente, unos días antes le había contado a Jocelyn que iba a ser mi cumpleaños y también le conté porque no me gustaba cumplir en esa fecha, ella me dijo que no importaba, que ella me lo iba a festejar, al llegar a la escuela era un lunes tenía la clase de inglés y Jocelyn no llego, pensé que se le había olvidado, seguí con el día y le conté a Julio que era mi cumpleaños y el me miro como preguntándose si darme un abrazo –siempre fue muy distante-- le di las gracias por la su felicitación y fui a mi siguiente clase, le dije a Marco y a los demás que en ese entonces solo eran unos conocidos y ellos igual me felicitaron pero solo fue por educación, al final del día fui a mi última clase y en el camino me encontré con un amigo que se llamaba Heriberto, nunca le pregunte la razón de su nombre, ni su significado, porque pensé que él se ofendería –aunque siempre quise hacerlo-- él era muy relajado y nunca lo vi enojado, empezamos a platicar de lo que habíamos hecho en vacaciones y esas cosas, entonces llego mi maestro que era algo afeminado bueno más bien era muy descarad@ como me quede platicando con Heriberto en la puerta, mi maestro se enojó y me dijo:
-Héctor ¿puedes cerrar la puerta por fuera?
Yo no entendí lo que me quiso decir y sencillamente le pregunte:
-¿y cómo entro?

Él me dijo que de eso se trataba, estaba muy enojado, no llevaba ni dos semanas que habían empezado las clases y ya me habían sacado de una clase, mis nuevos amigos no le dieron importancia a mi cumpleaños y para terminar Jocelyn no me había felicitado, ni la había visto, me fui a acompañar a Heriberto a ver si él tenía clase y pase por donde se juntaba Jocelyn con sus amigos y ahí estaba, cuando me vio le iba a reclamar que porque decía algo y no lo cumplía, antes de empezar a reclamarle, ella se me lanzó, empezó a abrazarme y darme muchos besos, yo no sabía cómo reaccionar, es como las cosas que anhelas y cuando pasan no sabes si en realidad están pasando, en un reflejo gire mi cara y como ella me estaba llenando de besos mis mejillas me dio un beso en la boca, ella reacciono y me dijo no te voltees y siguió dándome besos, después ella se separó y me dio una tarjeta donde decía que felicidades y que me la pasara muy bien y todo lo que deseas en ese día, yo lo que quería era estar con ella, no se lo dije, solo le dije que ya me tenía que ir y ella se despidió de mí, diciendo muchos días de estos, yo sonreí, le dije que si con la cabeza pensando en la armonía y la felicidad que me dio con ese beso.  

jueves, 23 de julio de 2015

Reinicio

Ese día empezaba un nuevo semestre; el tercero, estaba algo preocupado ya que no sabía si estaría con gente que conociera, ya había hecho algunos amigos en el semestre anterior, pensaba que sería mejor si estaba con alguien que ya me conociera, digo por eso de que así ya no tenía que presentarme, ni adaptarme a alguien, esa tarde planeaba llegar temprano, para saber en qué salón iría y no tener que andar corriendo por toda la escuela como tonto, más bien como era mi costumbre, por alguna razón, llegué tarde y ya preparaba una excusa para el maestro, pero no había llegado, mis nuevos compañeros estaban afuera, de todos noté a uno que le había hablado un poco en el grupo pasado se llamaba Julio y digo que le hable poco, porque en todo ese año no nos dirigimos la palabra, el me ignoraba y yo a él no sé por qué, solo lo hacíamos, como ya nos habíamos regresado juntos en el camión, porque él también vivía  por mi casa y como era la única persona que conocía lo salude y le pregunte que si iba en el mismo salón que yo, respondió que sí, un rato después llegó una amiga que se llamaba Jocelyn ella me también había ido en mi salón ella no era muy bonita, pero tenía un… algo que me gustaba..., creo que también era porque siempre me estaba cuidando y se preocupaba por mí, eso me parecía lo más lindo y como ella me gustaba, me asegure de ser su amigo y ser de su entera confianza –No sé si era muy idiota o inocente--
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 En ese tiempo ella tenía problemas con su novio, que por cierto era un bueno para nada, así que yo me involucre y le decía como arreglar las cosas con él, ella pensaba que su novio era mi amigo, porque yo la había convencido para que anduvieran, obviamente eso paso antes de que ella me gustara, pensaba que al ayudarla y darle consejos hacia bien, supuse que las cosas no se arreglarían y ella vería que ella me importaba mucho, antes era muy… atento y considerado con las mujeres (por no decir imbécil), le hablaba por teléfono cada que podía, la esperaba al terminar las clases, le explicaba cuando no entendía en las materias, pensaba que esa era la forma de llegar a gustarle a una mujer –Pobre tonto--
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Y como le tomé demasiada confianza a Julio muy rápido, le contaba todo desde la primera semana ( en ese momento no sabía que él iba ser mi mejor amigo en la preparatoria), supuse que era de esos amigos de los que dicen que son contados y lo era hasta que entre a la universidad; él me animaba a decirle a Jocelyn que me gustaba, decía que me atreviera, que no tenía nada que perder, en sí él tenía toda la razón no había nada que perder, quería llevarme las cosas con calma, ese semestre apenas estaba empezando, bueno... todo volvía a empezar.

miércoles, 22 de julio de 2015

Después qué

Me pregunté después de llegar a la que había pensado que seria la "cumbre" de mi vida, con menos de 25 años, una carrera terminada, una vida sobretodo normal, muy común y nada fuera de lo ordinario, una situación sentimental poco (mas bien muy tormentosa), muchas historias tristes, muchas más historias estúpidas, me justifico diciendo que era joven y muy tonto. Hice cosas de las que me avergüenzo, la mayoría de las cosas que hice fueron para terminar con un sentimiento de vacío, lamentablemente solo me hicieron sentir peor, más solo, más hueco, como si lo que hiciera no tuviera sentido ni razón de ser, en febrero se fue ese sentimiento, pero volvió y me hizo sentir peor en mayo; creí que se llenaría con mujeres, así que perseguí a mujeres de todo tipo, mujeres imposibles, mujeres que decían ser "complicadas",  mujeres comprometidas, mujeres que no estaban para nada interesadas en mi, mujeres prohibidas, mujeres mayores y a las que más quise fueron a las mujeres malas.
Fueron épocas muy extrañas, puedo decir que no soy el mismo que era cuando empece a escribir del que soy ahora, me puse a pensar y me siento algo apenado del que era hace 8 años, y sé que el Héctor del pasado se sentiría muy avergonzado por el tipo de persona que soy ahora, hice cosas que jure que no haría y lo peor de todo es que me enorgullezco de la mayoría, como la vez que me acosté con una chica,  mientras la enamoraba, su novio agonizaba enfermo en cama, mi justificación fue que la quería, después la vida se encargó de cobrarme, o la vez que creí estar enamorado de mi mejor amiga, no hubiera sido tan grave si no fuera lesbiana, esa es una de las últimas historias que voy a contar; me centraré en el principio, en la forma de cómo comenzó todo, desde ahora, digo que no tiene un final feliz, tampoco es triste, casi todos los finales que tuve tienen algo en común, y son muy solitarios, a veces son tristes, a veces muy increíbles, pero la mayoría son solitarios, con eso explicado, quiero aclarar, demostrar y hasta evidenciar que Yo No Era Así.