17. Sep. 2008
Después de haber ido a la obra de teatro y haber estado
“cariñoso” con Eli, parecía no molestarle en lo absoluto a Jocelyn, de hecho
creo que ni siquiera se dio cuenta, no me hablaba, no me saludaba, lo único que
hacía era ignorarme, ya empezaba a acostumbrarme, los primeros días no negaré
que sí me dolía, pero después de un tiempo uno se hace inmune al mismo dolor,
ya me había adaptado a su indiferencia, es más, ya era indiferente a su
indiferencia.
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Cuando me empecé a sentar con Eli, Jocelyn no
iba a clases, eso estaba muy bien porque así ella no podría ni decir ni pensar
que le hablaba a Eli por ella, entonces llego un día en que como ya era
habitual me senté con Elizabeth, llego Jocelyn y se sentó hasta atrás, yo
suponía que para que no le hablara, yo hacía lo habitual (nada) y de repente
fue Jocelyn hacia mi lugar se atravesó desde el lugar de Eli, me extendió la
mano y me dio un papelito que decía algo así como que ya no aguantaba que yo la
tratara de esa manera y quería que arregláramos las cosas entre nosotros, eso
me dejo muy confundido, pensé que eso es no tener vergüenza, me echaba la
culpa, decía que yo la ignoraba desde que le había empezado a hablar a Eli,
pero... ¿qué-no-fu-is-te-tú-la-que-em-pezó?
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Le dije que hablaríamos para poder arreglar las
cosas y de verdad quería arreglar las cosas, no son como esas cosas que digo a
la ligera, no, eso fue diferente, porque de verás quería volver a hablarle,
pues ya que era obvio que me había rechazado
y que ya tenía otro, por lo menos quería su amistad para poder tenerla cerca --ya
sé, era un pensamiento muy estúpido--
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Los días pasaron y yo me esperé a que ella me
dijera cuando quería que habláramos, no quería que creyera que la estaba
ansiando, al llegar el día estábamos en física, se quedaron mis amigos en el
salón a seguir platicando, sobre un trabajo en equipo, pero como yo vivía algo
lejos de la escuela y quería llegar temprano a mi casa me despedí rápido,
Jocelyn me dijo que me acompañaba a la puerta, llegando a la entrada yo quería
que me dijera sólo lo necesario, para que no le reclamara nada, pero ella
comenzó a decirme que porque no le hablaba y si era por Elizabeth, dijo que yo
le había dicho algo muy lindo y no era para que nos dejáramos de hablar, decía que se sentía muy mal cuando yo la
ignoraba y me preguntó si me había hecho algo para que yo me portara de esa
forma, quedé sorprendido al ver cómo me culpaba de cosas que ella me había
hecho y eso de verdad me molesto, ya había
sentido lo que no me hablara poco y que me ignoraba, así que no me importo
decirle todo lo que estaba pensando para que por lo menos viera que no caería
en su juego, al oír mis palabras ella empezó a llorar, y yo pensé que bien
Héctor eres una basura, la abrace suponiendo que eso ayudaría esperando que
nadie la viera llorar, es gracioso, que las cosas que quieres evitar son las
que pasan más seguido, Alfredo iba pasando, nos vio e hizo un gesto como
diciendo: ¿Qué le hiciste? agache la cabeza, yo quería creerle a sus lágrimas,
pero algo me decía que por favor no lo hiciera, no sabía que haría, una de dos,
intentar sanar lo poco que quedaba de mi relación con Jocelyn o seguir el
consejo de Los Bunkers: “Vamos a hablar de una vez y dejar de especular/ pienso
que siempre tú me trataste de engañar /si lo vas a negar/ ¿Cuánto tengo que
esperar? /Una nube cuelga sobre mi.../ mis problemas no terminan aquí/ ¿qué me
queda por hacer?/ No sé/ tal vez deba colgarme de una vez”.