jueves, 30 de julio de 2015

La Reina.


Esto pasó en las vacaciones de verano, aproximadamente un mes antes de entrar a la escuela; tenía una amiga que pasaba por una crisis, yo intenté ayudarla, dándole toda mi atención y mi tiempo, ojala y eso hubiera sido suficiente.
“Ella se despertó... igual que ayer o peor.../ luego desayuno capsulas con alcohol/ se puso el vestido roto de la noche anterior/ y es que esta ciudad no la deja despegar/ siempre quiso a alguien más que la dejara soñar/ ser la reina el foco de atención/ la que dicta el destino, la que manda el corazón”.
Desde hace mucho tiempo he tenido un amor platónico, a ella la conozco desde que tengo como 10 años, siempre fue mi amiga y siempre peleábamos por todo desde que éramos niños, supongo que tenemos muy mal carácter, pero me encanta porque es muy bonita, inteligente y lo que más me gusta es su desmedido exceso de confianza, ella se llama Berenice.
A veces iba a visitarla a su casa, mis visitas no duraban mucho, para empezar, ella no me recibía si no se había bañado, si no había comido o simplemente me corría si le decía algo que no le pareciera o si estaba de mal humor, era muy pero muy especial, sentía que nadie la merecía y yo caía en su juego al buscarla tanto, aparte de que era muy voluble, yo pensaba que era porque se cotizaba mucho, nunca se me ocurrió que ella se portaba así por los problemas que tenía.
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Un día cuando estaba de vacaciones fui a visitar a un amigo que se llama Daniel, Berenice vivía cerca de su casa, me la encontré y la acompañe, me invito a pasar, estuvimos platicando hasta muy noche, después al  despedirme me preguntó  si la visitaría al otro día, sabía que si iría, ella me conocía y sabía que todo mi tiempo seria suyo si así lo quería, pensé que eran el lugar y momento indicados para estar con ella, es lo que había esperado, al otro día seguimos platicando y en un momento en el que pensó que podía tener plena confianza en mí, me preguntó:
-Héctor... ¿puedo confiar en ti? Pero... ¿no le dices a nadie?
-claro (de verdad no sabía en lo que me metía)
- es que desde hace mucho tiempo me he sentido muy mal – ¿estás enferma?-- dije eso para desviar la plática, porque no me gustaba a donde iba la platica

-no, me he sentido muy sola, es como si no estuviera nadie, sin amigos, sin familia, aquí... yo sola y estoy aquí por... bueno no sé ni porqué sigo aquí, se siente como...
-¿un vacío?
 -sí, eso es lo que siento.
-mmm... no te preocupes, todos nos sentimos así a veces, supongo.
-¿tú también?
-sí, muy seguido pero tengo muchos amigos  que sé que no me dejarían hacer una tontería o tirar la toalla.

Entonces pensé que si ella se sentía así de sola y sin amigos ella ya había intentado una tontería, le pregunté para estar seguro:
-y tú... ¿no has intentado una tontería?

Agacho la cabeza como aceptando su culpa y me dijo que lo había hecho hace como dos meses, obviamente mi morbosidad me obligo a preguntarle cómo, se levantó el suéter para enseñarme las marcas que tenía en las muñecas, ahí entendí su mal humor, sus ojeras, sus cambios de humor y lo más importante: La razón de que siempre usara algo para taparse aunque no hiciera frío, según ella lo hizo porque tenía su autoestima muy dañada, por problemas en la escuela, con sus papás y con su peso, --¡Sí, con su peso! me pareció una tontería, al final de todo eso no soportaba a las mujeres con baja autoestima o con problemas alimenticios--  me sorprendió ya que ella es muy delgada, me gustaba por su exceso de confianza y porque se sentía tan inalcanzable como una reina, como una musa , como un ser divino, pero de repente me di cuenta que no,  ya no era tan especial, ya no tenía esa fortaleza, me recordó que no era una diosa, que era tan débil y mortal como yo o tal vez más, con sus defectos, fallas y debilidades, aun así me tenía encantado, le pregunte si le había contado eso a alguien más, dijo que no y que yo no le podía contar a nadie, eso me hizo sentir que de veras le importaba, así que me la pase yendo a su casa casi todas las vacaciones, pensando en que ella  era si era una reina, por lo menos como la de la canción: “En el elevador... dejó su confesión/ para que su vuelo fuera limpio y sin dolor/ el último que la vio... fue un ángel que pasó/ de esos que nos ven a ratos si esta aburrido el cielo.../ nunca se vio mejor, dormida como una flor/ en su trono de concreto y el mundo de espectador/ fue... la reina”.

martes, 28 de julio de 2015

Concordia


No me gustaba mucho mi cumpleaños; siempre era lo mismo y no es que no me gustara festejarlo si no que siempre era al principio del ciclo, primero tenía que hacer amigos y para hacer que le den importancia y que te lo festejen es aún más difícil y para eso tardaba más tiempo, por eso no le daba mucha importancia y sólo lo festejaba con las personas que lo recordaban, hasta hubieron años en los que mi mamá lo olvida –es que a veces estaba muy estresada y muy cansada-- esa mañana llego a mi casa Marimar, era una vecina que no tenía mucho que se acababa de cambiar a mi calle, pero como le había dejado de hablar a unos amigos y a otra vecina que era mi mejor amiga, pues Marimar era su nuevo reemplazo, tocó mi puerta como a las 8:00 y yo seguía dormido, le abrí con los ojos aun cerrados y lo primero que le pregunte fue:
-¿Qué haces aquí? ¿Qué no sabes que necesito dormir?
Ella me sonrió y me dijo que ya sabía, pero que quería ser la primera en felicitarme porque pensó que mi mamá lo olvidaría, me abrazo y me dio una tarjeta que decía que no me llevaba un pastel, pero tal vez después, le agradecí porque  deberás aprecie el gesto.
Esa tarde fue diferente, unos días antes le había contado a Jocelyn que iba a ser mi cumpleaños y también le conté porque no me gustaba cumplir en esa fecha, ella me dijo que no importaba, que ella me lo iba a festejar, al llegar a la escuela era un lunes tenía la clase de inglés y Jocelyn no llego, pensé que se le había olvidado, seguí con el día y le conté a Julio que era mi cumpleaños y el me miro como preguntándose si darme un abrazo –siempre fue muy distante-- le di las gracias por la su felicitación y fui a mi siguiente clase, le dije a Marco y a los demás que en ese entonces solo eran unos conocidos y ellos igual me felicitaron pero solo fue por educación, al final del día fui a mi última clase y en el camino me encontré con un amigo que se llamaba Heriberto, nunca le pregunte la razón de su nombre, ni su significado, porque pensé que él se ofendería –aunque siempre quise hacerlo-- él era muy relajado y nunca lo vi enojado, empezamos a platicar de lo que habíamos hecho en vacaciones y esas cosas, entonces llego mi maestro que era algo afeminado bueno más bien era muy descarad@ como me quede platicando con Heriberto en la puerta, mi maestro se enojó y me dijo:
-Héctor ¿puedes cerrar la puerta por fuera?
Yo no entendí lo que me quiso decir y sencillamente le pregunte:
-¿y cómo entro?

Él me dijo que de eso se trataba, estaba muy enojado, no llevaba ni dos semanas que habían empezado las clases y ya me habían sacado de una clase, mis nuevos amigos no le dieron importancia a mi cumpleaños y para terminar Jocelyn no me había felicitado, ni la había visto, me fui a acompañar a Heriberto a ver si él tenía clase y pase por donde se juntaba Jocelyn con sus amigos y ahí estaba, cuando me vio le iba a reclamar que porque decía algo y no lo cumplía, antes de empezar a reclamarle, ella se me lanzó, empezó a abrazarme y darme muchos besos, yo no sabía cómo reaccionar, es como las cosas que anhelas y cuando pasan no sabes si en realidad están pasando, en un reflejo gire mi cara y como ella me estaba llenando de besos mis mejillas me dio un beso en la boca, ella reacciono y me dijo no te voltees y siguió dándome besos, después ella se separó y me dio una tarjeta donde decía que felicidades y que me la pasara muy bien y todo lo que deseas en ese día, yo lo que quería era estar con ella, no se lo dije, solo le dije que ya me tenía que ir y ella se despidió de mí, diciendo muchos días de estos, yo sonreí, le dije que si con la cabeza pensando en la armonía y la felicidad que me dio con ese beso.  

jueves, 23 de julio de 2015

Reinicio

Ese día empezaba un nuevo semestre; el tercero, estaba algo preocupado ya que no sabía si estaría con gente que conociera, ya había hecho algunos amigos en el semestre anterior, pensaba que sería mejor si estaba con alguien que ya me conociera, digo por eso de que así ya no tenía que presentarme, ni adaptarme a alguien, esa tarde planeaba llegar temprano, para saber en qué salón iría y no tener que andar corriendo por toda la escuela como tonto, más bien como era mi costumbre, por alguna razón, llegué tarde y ya preparaba una excusa para el maestro, pero no había llegado, mis nuevos compañeros estaban afuera, de todos noté a uno que le había hablado un poco en el grupo pasado se llamaba Julio y digo que le hable poco, porque en todo ese año no nos dirigimos la palabra, el me ignoraba y yo a él no sé por qué, solo lo hacíamos, como ya nos habíamos regresado juntos en el camión, porque él también vivía  por mi casa y como era la única persona que conocía lo salude y le pregunte que si iba en el mismo salón que yo, respondió que sí, un rato después llegó una amiga que se llamaba Jocelyn ella me también había ido en mi salón ella no era muy bonita, pero tenía un… algo que me gustaba..., creo que también era porque siempre me estaba cuidando y se preocupaba por mí, eso me parecía lo más lindo y como ella me gustaba, me asegure de ser su amigo y ser de su entera confianza –No sé si era muy idiota o inocente--
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 En ese tiempo ella tenía problemas con su novio, que por cierto era un bueno para nada, así que yo me involucre y le decía como arreglar las cosas con él, ella pensaba que su novio era mi amigo, porque yo la había convencido para que anduvieran, obviamente eso paso antes de que ella me gustara, pensaba que al ayudarla y darle consejos hacia bien, supuse que las cosas no se arreglarían y ella vería que ella me importaba mucho, antes era muy… atento y considerado con las mujeres (por no decir imbécil), le hablaba por teléfono cada que podía, la esperaba al terminar las clases, le explicaba cuando no entendía en las materias, pensaba que esa era la forma de llegar a gustarle a una mujer –Pobre tonto--
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Y como le tomé demasiada confianza a Julio muy rápido, le contaba todo desde la primera semana ( en ese momento no sabía que él iba ser mi mejor amigo en la preparatoria), supuse que era de esos amigos de los que dicen que son contados y lo era hasta que entre a la universidad; él me animaba a decirle a Jocelyn que me gustaba, decía que me atreviera, que no tenía nada que perder, en sí él tenía toda la razón no había nada que perder, quería llevarme las cosas con calma, ese semestre apenas estaba empezando, bueno... todo volvía a empezar.

miércoles, 22 de julio de 2015

Después qué

Me pregunté después de llegar a la que había pensado que seria la "cumbre" de mi vida, con menos de 25 años, una carrera terminada, una vida sobretodo normal, muy común y nada fuera de lo ordinario, una situación sentimental poco (mas bien muy tormentosa), muchas historias tristes, muchas más historias estúpidas, me justifico diciendo que era joven y muy tonto. Hice cosas de las que me avergüenzo, la mayoría de las cosas que hice fueron para terminar con un sentimiento de vacío, lamentablemente solo me hicieron sentir peor, más solo, más hueco, como si lo que hiciera no tuviera sentido ni razón de ser, en febrero se fue ese sentimiento, pero volvió y me hizo sentir peor en mayo; creí que se llenaría con mujeres, así que perseguí a mujeres de todo tipo, mujeres imposibles, mujeres que decían ser "complicadas",  mujeres comprometidas, mujeres que no estaban para nada interesadas en mi, mujeres prohibidas, mujeres mayores y a las que más quise fueron a las mujeres malas.
Fueron épocas muy extrañas, puedo decir que no soy el mismo que era cuando empece a escribir del que soy ahora, me puse a pensar y me siento algo apenado del que era hace 8 años, y sé que el Héctor del pasado se sentiría muy avergonzado por el tipo de persona que soy ahora, hice cosas que jure que no haría y lo peor de todo es que me enorgullezco de la mayoría, como la vez que me acosté con una chica,  mientras la enamoraba, su novio agonizaba enfermo en cama, mi justificación fue que la quería, después la vida se encargó de cobrarme, o la vez que creí estar enamorado de mi mejor amiga, no hubiera sido tan grave si no fuera lesbiana, esa es una de las últimas historias que voy a contar; me centraré en el principio, en la forma de cómo comenzó todo, desde ahora, digo que no tiene un final feliz, tampoco es triste, casi todos los finales que tuve tienen algo en común, y son muy solitarios, a veces son tristes, a veces muy increíbles, pero la mayoría son solitarios, con eso explicado, quiero aclarar, demostrar y hasta evidenciar que Yo No Era Así.